POR UNA MOVILIZACIÓN INTERNACIONAL DE LA CLASE OBRERA CONTRA LA GUERRA Y LOS GOBIERNOS QUE LAS IMPULSAN.
BASTA DE GENOCIDIO EN PALESTINA
POR LA HUELGA GENERAL EN EUROPA CONTRA LA GUERRA POR LA DEFENSA DE NUESTROS DERECHOS Y CONQUISTAS
El primero de mayo, la jornada histórica de lucha y reflexión de la clase obrera mundial, se presenta en España en medio de una operación del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y su partido con el objetivo de reforzar su papel en el ejecutivo y captar el voto de los desencantados de Sumar y Podemos. Frente al desmoronamiento de sus aliados en la coalición, Sánchez espera atrapar los votos del “progresismo” de un Podemos en bancarrota y sus aliados en crisis en las próximas elecciones en Cataluña y las europeas en junio. Pero la verdadera intención de ese sainete con el que pretende su reforzamiento es darle aire a un gobierno inestable y de crisis para un profundo ataque contra la clase obrera. Esa es la condición para hacer frente al incremento del gasto militar con el objetivo de profundizar la participación de España en la guerra de Ucrania entre la OTAN y el gobierno capitalista ruso liderado por Vladimir Putin.
Tras cinco años en el gobierno el PSOE y sus aliados han aprobado reformas laborales regresivas, una reforma de las pensiones que supone una pérdida de poder adquisitivo de los jubilados, mientras ha dejado incólume la legislación represiva que utiliza contra los trabajadores, como es el caso de la ley Mordaza. En medio de una severa crisis mundial del capitalismo, de la cual la recesión en Alemania y el estancamiento de las economías europeas son una expresión, el imperialismo se ha orientado hacia la guerra en un intento de pasar por encima de la quiebra económica capturando el espacio económico de Rusia y las economías que ésta controla.
La Unión Europea, desde la Comisión hasta el Consejo, ha declarado la inminencia de una guerra mundial, cuando la realidad es que esa guerra ya está en pleno desarrollo. El gasto militar bajo el pretexto de una inminente agresión de Rusia a Europa es una expresión de la crisis sin salida del capital. Europa convoca a la guerra desde sus instituciones y desde los gobiernos de Alemania, Francia, los países bálticos, o Polonia. España sigue al pie de la letra los dictados de ese objetivo belicista. El incremento del gasto militar en nuestro país ha sido espectacular. En este cuadro Suecia ha roto con 200 años de neutralidad solicitando su incorporación a la OTAN, una orientación que ha seguido también Finlandia agitando el fantasma de una invasión rusa a sus territorios. Europa pretende superar su quiebra económica, su colosal endeudamiento, deslizándose hacia una economía de guerra.
Pero una operación de ese calado no se puede alcanzar sin una derrota de los trabajadores en todo el continente. En este cuadro de crisis internacional, de guerra imperialista, la reorganización de los trabajadores para el combate contra los objetivos del capital es decisiva. El eje de esa reorganización debería ser la superación de los frenos de la burocracia sindical mediante asambleas por empresa y la organización de un movimiento de base para una huelga general contra la ofensiva del capital. Por la derogación de las reformas laborales y de pensiones, por un aumento de salarios igual al incremento del coste de vida mediante la indexación salarial con la inflación. Por la inmediata retirada de España de la OTAN. Por el cierre de las bases militares de esa organización. Por una huelga general europea contra la guerra. Por un gobierno de los trabajadores. Por una federación europea de repúblicas socialistas.